Este otoño está habiendo mucho movimiento atmosférico. Ya no son borrascas normales, las que pasan una tras otra, si no que son de las “bautizadas”.
En esta ocasión, tocaba la letra “D”, y por ello lo de “Domingos”. El caso es que aunque entraba por el norte de la Península rumbo a la Bretaña Francesa, aquí recibimos un potentísimo “swell” (ver datos en la infografía) que dejó pocos lugares a refugio donde se pudiera surfear.
Tras asomarnos por la “Yerbabuena”, y hablar con unos amigos que acababan de salir del agua, ni me hizo falta acercarme a mirar la ola en persona. No era el momento de estar allí, así que optamos por “jugar en casa” y el spot elegido fue la “Marisucia” a.k.a. “La Curva”.
Realmente, tampoco entré realmente allí, si no que rasqué lo que pude en la zona menos expuesta de la bahía, porque este mes tengo muchos planes de baloncesto (un torneo “Master” en Belgrado, concretamente) y con ese mar, era arriesgar una lesión en el hombro si subía al pico habitual. Dos metros pasados con olas cerrando (al menos el 50%, viéndolo desde donde yo estaba)
Así que me conformé con baño pasable que sirvió para quitar el mono de agua salada. Saldrá el vídeo de recuerdo en breve.