En vísperas de mi 50 cumpleaños (lo que significa que en mi próximo mundial participaré en “Grand Master Division”), tuvimos un festivo local y pudimos ir en busca de olas.
Las previsiones marcaban la entrada de un pequeño “swell”, pero bien orientado y acompañado de viento de poniente no demasiado fuerte.
Afortunadamente, cuadramos bien el punto de marea (fue casualidad, simplemente tuvimos la suerte de coincidir con marea baja), y el resultado fue un baño divertido.
Como era día laborable, el pico estuvo realmente poco concurrido, llegando al extremo de estar tres amigos solos durante parte del baño.
El incidente que hay que lamentar fue la pérdida de una de las quillas laterales al principio de la sesión. Simplemente se aflojó uno de los tornillos y se desprendió la quilla. Al perderla, no tuve más remedio que salir y cambiarlas.
No hay mal que por bien no venga, ya que no hubo más remedio que estrenar las que me había encargado hace años pero que todavía no había estrenado. En otro post me extenderé sobre el asunto, pero el resultado, a la vista está, es satisfactorio.
Para recordar este gran día, dejo el habitual vídeo…